domingo, noviembre 26, 2006

Esquema 13. Centro-Area Sexual

ESQUEMA N 13.

CENTRO Y AREA SEXUAL.

PAUTA DE CONDUCTA: APROXIMACION RECHAZO.

GESTION BASICA: CARICIAS, DESEOS.

NEUTRO: INDIFERENCIA.

MIEDO: SOLEDAD.

Se confunde necesidad y deseo, se confunde sexo y reproducción, se confunde todo, pero nadie quiere saber nada. Parece como si el juego de la confusión tuviera más beneficios secundarios que el otro, el juego de pensar por propia cuenta y decidir en contra de lo que haga falta.

El nudo de este drama en el que han convertido la vida, sería el nudo de los deseos frente a las necesidades.

Desde todos los medios de comunicación se desarrolla el proceso de deseos en una carrera sin limite aparente, acaso sea el limite la propia estupidez del anunciante y la imbecilidad manifiesta de los procesos de interacción del marketin con los monos menos desarrollados de nuestra especie.

El deseo todo lo puede, y la carga evidente es en el centro sexual. Nuestro proceso es de deseos y nuestra cruz el sexo. Follamos sin parar y cuando paramos los genitales por agotamiento físico, es igual, porque nuestra cabeza sigue follando, nos follamos a las oligofrénicas, a los paralíticos y a las escobas con pelo, nos follamos todo lo que se mueve, pero no hay descanso en la especie, la propia estructura formal del deseo lo impide.

Solo se desea lo que no se posee y por lo tanto, el limite que marca esta estructura formal es inexistente, solo se desea lo que no se posee y se posea lo que sea, el deseo supervive y aparece.

El deseo es el triunfo de la estupidez sobre lo poco de racional que tiene el ser humano. La emoción alegría tristeza, acompaña a la pauta de conducta aproximación- rechazo, si estoy alegre me aproximo, si estoy triste surge el rechazo.

El primer ordenador psíquico que aprende el individuo y que no es un reflejo es la sonrisa, la risa, en el fondo la alegría, porque el llanto, la tristeza, se lo enseñaron generalmente en el momento del parto. A partir de aquí todo consumado, todos los procesos emocionales que el individuo tenga de por vida, acabarán ineludíblemente en este resumen, o alegría o tristeza.

En este modelo todo lo que tenga estructura de deseo es perteneciente al centro sexual, la mejor limpieza de este centro es el deseo sexual, la enajenación cualquier otro deseo, sea el que sea. Si se desea algo se está dentro del centro sexual, y en el desarrollo del mismo es igual que se tenga logro o no, porque la carga está realizada.

Todo lo que en este mundo ocurre puede ser rastreado dentro del centro sexual, y se puede tener mucho glamur, mucha expansión del centro sexual, de la energía sexual hacia el mundo erotizando todo lo que se mira, o se toca, o poco de esto, porque se tiene poco poder adquisitivo, pero desde una posición u otra lo mismo da.

Es así la energía sexual la única que funciona en nuestro medio y la única gestión manifiesta o latente de toda esta cultura.

En el fondo la lujuria, la moda y en último extremo la elegancia. Es la elegancia el logro manifiesto de la lujuria, y la enajenación más profunda por desplazamiento de lo que es. Pobre señora marquesa, tan excitada ella, en el fondo tan folladora y perversa, tan por las pollas de medio metro, pobre señora atrapada en los convencionalismos sociales, solo puede follar cuando el protocolo lo permite. Su gran envidia, el desparpajo y la grosería de la pobreza, que follan cuando tienen ganas, o sea siempre y en cualquier sitio.

La riqueza tiene estas servidumbres, sólo se puede pellizcar a la chacha cuando se está solo, solo se puede manifestar el sexo a través de la insinuación, de la provocación, y dentro de la buena educación en la elegancia.

Las modas son autenticas epidemias psicológicas, que todo lo arrasan, es la moda la mayor de las enfermedades psicológicas actuales. Con la moda y la cosmética, ya no podemos rastrear a ningún ser humano, de no ser que se traspase el proceso de apariencias, el proceso de imagen.

Con solo entender el funcionamiento del centro sexual y la proyección de este, al medio que nos rodea, entenderíamos de un golpe casi todo. Es esta, la forma permanente en acción en nuestro medio cultural, es nuestro desafío y nuestra gran tragedia.

El comportamiento femenino, su gran discurso estético, solo puede ser asumido bajo el punto de vista de atraer para reproducirse, todo supeditado a la reproducción, y el sexo también.

Son ellas las que pudiendo aclarar los contenidos procedentes del centro sexual, los lían a propósito, para supeditar al individuo a los procesos de producción.

Ocurrió aquí lo que ocurrió, que la técnica descubre los anticonceptivos y entonces técnicamente se puede separar sexo y reproducción,y entonces ellas descubren, que no tienen ni idea de lo que es el sexo, pensaban junto a la iglesia católica que ambas cosas iban unidas por obra y gracia del papa, pensaban ellas, que el limite de un contacto físico era la eyaculación del macho, aquí todo se acaba por que desconocedoras de su propio limite y satisfacción era proyectado masivamente al macho.

Pensaban ellas, que el que se lo pasa bien en el contacto era el hijo puta de turno que se alivia encima de nosotras, pero descubren llenas de pánico que no saben aliviarse, que desconocen toda su sexualidad, que se la han robado cómo tantas otras cosas. Aparece aquí la crispación y la reivindicación feminista, les han robado su sexualidad supeditándola a los procesos de reproducción, les han robado la capacidad de disfrutar y este programa tiene tantos siglos que no puede recuperarse.

A ellas les han robado su sexualidad, a nosotros la ternura de la misma, a ellas les han robado el orgasmo vaginal y el clitoridiano, a nosotros el tener mujeres contentas de serlo.

Como el hecho sexual esta supeditado a la reproducción a nosotros nos toca, acompañar el proceso y eyacular sin límites, cuanto antes mejor, así molesta uno menos.

A ellas y a nosotros esta cultura nos ha robado la posibilidad de entender que el sexo y la reproducción, no tienen nada que ver. ¡Menuda faena nos han hecho! aquello que más perseguimos, resulta que no sabemos ni en que consiste, y entonces ¿cómo rehabilitar una función que no existe, y que nadie sabe porqué, ni por donde se debe empezar?

Aparecen entonces los americanos que todo lo arreglan y empiezan a medir pollas y temperaturas como si estuvieran en un concurso de belleza y disparan soluciones para problemas que no saben en que consisten. Aparecen las grandes frígidas de la especie haciendo porno duro, estas frígidas en lugar de una vagina tienen una tubería oxidada, es igual lo que les metas, de nada se enteran y nos enseñan desde su frigidez patética lo que debemos hacer, y así establecido el modelo pasemos a ejercerlo.

En nuestro medio el sexo se ha convertido en una tabla de gimnasia para todos los ciudadanos. El sexo es una serie de posturas más o menos incómodas que miden según el número de ellas llevadas a cabo, la felicidad inherente al estar en posesión de la verdad.

Todo arreglado. ¡Nuevamente los americanos nos dan la solución a nuestros problemas! Si no disfrutas sexualmente es que no haces el suficiente número de posturas.