Esquema 26
ESQUEMA 26.
CONCIENCIA DE SÍ.
SUMATORIA DEL YO Y
Aquí empieza la ciencia-ficción.
Sólo se pueden entender los parámetros de la conciencia por aquel ser que la posea.
La conciencia es un campo que uno delimita por su propio trabajo interno y del cual se tiene un registro físico tan neto que no ofrece dudas para el que es el feliz poseedor de semejante avance de la especie.
Sólo el que tiene conciencia puede entender la noción de conciencia de sí. Atención permanente dividida y consolidada. Ocurra lo que ocurra uno ya no se pierde de vista, y tiene permanente el recuerdo de sí.
Si esto permanece el tiempo necesario aparecerá el siguiente salto de comprensión y consiste en que uno puede diferenciar lo que le pertenece y lo que es ajeno a su fenómeno de conciencia. Dicho de esta manera parece sencillo, pero es el punto de partida para entender que la propia respuesta al mundo está articulada sobre parámetros que uno no ha decidido pero sobre los cuales uno ha sido construido.
Aquí empieza la posibilidad de cuestionamiento de la propia pauta de conducta al mismo tiempo que se abre la posibilidad de actuar sobre los propios encadenamientos de actos para modificar aquellos que nos crean sufrimiento.
No es lo mismo tener conciencia que tener conciencia de sí. No es lo mismo tener un campo donde uno realiza operaciones formales dirigiendo la atención hacia ese punto y retirándola de los demás, que tener este campo y no perder de vista los parámetros anteriores.
Lo primero, la atención dirigida hacia un punto determinado, no es dividir la conciencia sino dirigirla en bloque fluctuando por los tres ejes de una manera permanente; esto es lo que ocurre en el dormido y esto es lo que le hace creer estar despierto.
No hay posibilidad de hacer, en el dormido, evidente lo que es obvio. Si se le razona dirigirá la atención hacia sus razonamientos y concluirá que él tiene esa función establecida sin tomar conciencia de lo que en ese acto ha perdido.
Si se le razona que ha dejado en su abstracción la atención del propio cuerpo (olvidada en ese momento) la dirigirá hacia el cuerpo y afirmara que no es así. Se entra de esta manera en una discusión interminable donde uno acaba argumentando contra necios dotados de una mala leche especial.
Se ruega no perder el tiempo y dejar que los muertos entierren a sus muertos, con sus creencias, sus fobias y sus filias.
Sobre todo conviene aprender a mentir y dar al proceso de apariencia el lugar que le corresponde. Se debe aparentar normalidad y uno debe ser un actor consumado en cualquier situación. Se trata, en el fondo, de seguir superviviendo, único hecho que moviliza al que esto escribe. Seguir vivo para que se jodan y lo aguanten a uno.
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