Esquema 33

ESQUEMA 33.

LA NOCION DE TIEMPOS DE CONCIENCIA.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO.

Parece que necesitamos de esta estructura para poder ordenar las secuencias de fabricación de cosas en el orden productivo para mayor gloria de las grasas del rico de turno, de la tremenda grosería del rico de turno que, en un desdén absoluto pro todo lo que le rodea, pasee su grosería y su obscenidad reproductiva por los semáforos de este planeta.

Nuestra cultura necesita de los tiempos de conciencia más que de los números, porque sin éstos, y sobre todo sin la existencia de un pasado sufriente, el futuro no existe. Y si éste no existe haber que hacen todos los de las hipotecas.

Este parámetro cultural es insalvable desde la estructura del acto tal como lo conocemos y, sobre todo, desde el proceso de pensamiento y de las secuencias lógicas tal como la cultura nos la ha estructurado.

Parece como si el proceso de pensamiento tuviera que encadenar sus organizaciones al fin de conseguir algo, cuando la realidad es que la conciencia, lo que necesita, es ver el camino recorrido desde que se empieza algo hasta que se acaba. Pero después prescinde del resultado, porqué éste ya no le interesa.

En otras palabras, la conciencia necesita en ciertos momentos hacer, pero sin orden alguno y sin la consecución teórica de un fin.

Esto no le mola al poder establecido y mucho menos a la escala de privilegios de nuestro hecho social.

Si el producto final no le interesa a la conciencia individual, mucho menos a la colectiva. Entonces... ¿para qué ordenar nuestro proceso de pensamiento de cara a la consecución de un fin? Simplemente para que unos pocos vivan como dios dentro de la más estricta ley del hormiguero, y yo no quiero que se me hable de la división del trabajo, porque el trabajo dividido sólo le interesa al que genera basura y no quiere recogerla. Si se le obliga a recogerla por el simple hecho de que nadie se la recoge, por supuesto que cambia.

Todo el hecho de los tiempos de conciencia aparece cuando al individuo se le fuerza para llevar a cabo tareas que no tiene ningún sentido. Esta es la clave del aprendizaje: enajenar a un individuo de por vida: Acostumbrándole desde pequeño a estar horas en una situación que la conciencia rechaza. ¡Y claro!, Esto no se consigue ni en un día ni en dos. Se necesita de esa fuerza social, la de las sotanas, la fuerza de esos buitres llamados curas, auténticas víboras deboradoras del proceso de vida con su gran mono al frente para someter al individuo en un proceso de creencias que tiene como base la violencia, la guerra y la destrucción... ¡Y cuidado!, La violencia la engendran ellos, violentando al fenómeno de conciencia. La destrucción son ellos, con su defensa de los privilegios, y la guerra son ellos, los curas de todos los colores, transmisores y alimentadores de dramas de auténticos culebrones individuales y colectivos que estremecen a propios y extraños.

Nada comparable al proceso de aprendizaje dejado en estas manos que no lo son hace tiempo. Nada comparable al proceso de aprendizaje de estos terroristas de la conciencia. Nada comparable a esta secta, a todas las sectas de todos los colores que piensan que el individuo dejado a su libre albedrío no produce, y todos de acuerdo en que esto no es posible.

El futuro existe en la misma medida que existe un pasado sufriente. Ya hemos dicho que esto, en nuestra cultura, es la garantía de los procesos de producción. Por lo tanto, ¿cómo no tener un futuro compensatorio de todo lo que nos han hecho?

La lectura del presente está mediatizada por estos dos tiempos, y aún así, casi todo el mundo consigue que el presente este ahí y, adecuada mediante un auténtico milagro operativo su respuesta a este hecho, ocurre lo que ocurre: que se ejecutan actos en el presente que tienen como base el pasado y como estructura permanente el futuro y esto no es así.

Que pasado presente y futuro sean uno y la misma cosa... ¡Casi nada! Es decir, que el presente, el acto que se ejecuta en el presente, ¡Carezca de esta estructura y tenga sentido en sí mismo!... ¡Casi nada lo del ojo y lo llevaba colgando!

ESQUEMA N 33.

TITULO.

LA NOCION DE TIEMPOS DE CONCIENCIA.

COMPONENTES.

PASADO.

PRESENTE.

FUTURO.

TIEMPOS DE CONCIENCIA, CONCEPTO.

Supraestructura de la conciencia.

TIEMPOS DE CONCIENCIA, DEFINICION.

La pulsión es la mínima unidad de carga para organizar la supervivencia, es esta organización la que hace posible la aparición sobre la base de la operativa de los tiempos de pasado presente y futuro. El pasado es acumulación de datos sobre la base de memoria, el presente es recepción de estímulos el futuro es la adecuación de estas dos cuestiones anteriores para poder supervivir.

PASADO, CONCEPTO.

Acumulación de datos sobre la base de memoria de las experiencias.

PASADO, DEFINICION.

En la ejecución de acto, existe una organización de las imágenes internas, para poder llegar a realizar algo. Esta organización es operativa en cuanto al logro externo y se lleva a cabo sobre la base de los datos de experiencia. Cuando la memoria tiene que realizar algo conocido, aparece el tiempo de pasado.

PRESENTE, CONCEPTO.

Cuando la conciencia está sin operativa de imágenes y sin proceso de motivación y de interés aparece el presente, la atención dirigida a aquello que nos esta ocurriendo. Este tiempo deja de existir en cuanto intentamos alguna realización de cara a objeto o de cara a persona.

PRESENTE, DEFINICION.

Si la atención no esta dirigida a nada en concreto y la conciencia esta en reposo operativo aparece el presente.

FUTURO, CONCEPTO.

Si organizamos las imágenes internas de cara al logro, lo hacemos basados en los datos de pasado y por lo tanto organizamos secuencias de movimientos que tienen como fin la organización de la supervivencia, en la medida en que nos podemos adecuar a esta realidad de la s imágenes estamos en el futuro.

FUTURO, DEFINICION.

La existencia de futuro tiene como base la operativa interna de la conciencia si no hay operativa de conciencia no hay futuro, ni tiempo ni espacio. La incertidumbre de un manejo sin tiempo y sin espacio, genera la aparición del futuro como estrategia hacia el miedo básico de no saber lo que nos va a ocurrir en el fondo el miedo de los miedos el miedo a la muerte.